La Z de la Vergüeza

(Editorial)


En el sur de Francia un guardía civil ha sido asesinado y otro, digamos que también… La noticia se ha difundido en España entre el vocinglerío radiofónico del fútbol y la burda excusa, o pseudoatenuante del ministro Rubalcaba declarando que el sanguinario encuentro ha sido "fortuito". Algo que no se sabe muy bien (o sí) qué pretende justificar. Para mayor irritación de quiénes nos duele lo sucedido, que somos millones, resulta que los agentes iban desarmados, una forma de actuar parece ser que “de siempre” pero insostenible.

Empecinado el gobierno de Rodríguez Zapatero en negociar con ETA –cabe suponer, siquiera formalmente, que de buena fe y con ánimo pacificador- sería ahora muy fácil para el editorialista descargar sobre el jefe del ejecutivo toda la cruel ironía y ráfaga de humillaciones que los hechos, desgraciadamente, permiten. Hace sólo escasos días que el biógrafo de ZP declarba que el fusilamiento de su abuelo sigue pesando en su modo de ser y entender la política. Pero alguien le tiene que meter en la mollera que el guardia civil asesinado, y el sumido en el viaje sin retorno, valen, por lo menos, tanto como su abuelo. Alguien se lo tiene que remachar una y mil veces, y un millón.

Es posible que el Gobierno, autista y ensegurado de que el encuentro ha sido, como dice “fortuito”, opte por esperar que escampe para volver así a sus usos y costumbres respecto al tema de ETA. Pero la paciencia de muchos está llegando al límite de lo asumible. Porque no sólo irrita el asesinato, que es el hecho esencial y luctuoso, sino también las manifestaciones de Bilbao y Barcelona ensabanadas de bullanga separatista, que dan la idea del estado de descomposición que sufre España o lo que es tautológicamente lo mismo: el Estado español.

No resultan, pues, estos meses preelectorales propicios para la campaña de la Z, ni para bromas, ni para otros talantes que no sean los perfectamente serios. Son éstas horas vestidas únicamente con la “z” de vergüenza. Y no parece la peculiar psicología del presidente, entre ingenua y obcecada, predispuesta a cambiar la metodología de la lucha antiterrorista, pero quedan, todavía, cientos, miles de agrupaciones locales del Partido Socialista Obrero Español, con personas dignas y consecuentes. O ellas presionan lo suficiente para mutar la acción del Gobierno, o es que en el socialismo español ya no queda honor, dignidad y vergüenza.